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Cuidemos al cuidador

Tal y cómo se trató en el anterior post de este blog, los cambios sociodemográficos y el envejecimiento de la población son grandes retos para la sociedad actual, que debe cambiar y adaptar el sistema sanitario al aumento de las necesidades que provocará la inversión de la pirámide poblacional, remarcando la promoción dela atención integral del mayor (con un enfoque integrador biopsicosocial en cuanto a cuidados y tratamientos).

En España según datos epidemiológicos oficiales hay 46.557.008 habitantes y aunque desde enero del 2012 se aprecia una involución del volumen de población, el grupo de edad de ≥ 65 años es el que sigue experimentado un mayor incremento (representan el 18.7% frente al 17.3% en el año 2011), lo que repercute en el envejecimiento poblacional con un aumento consecuente de las personas mayores dependientes.

Pero, ¿qué modelo de convivencia tienen las personas mayores?

Si analizamos los datos estadísticos observamos que el 61% de las personas mayores se encuentran casadas y que conforme aumenta la edad aumentan las personas viudas conforme las casadas (afectando más la viudedad a las mujeres, 41.67%, que a los varones, 12.31%)1.

La realidad actual es que cada vez más mujeres envejecen en pareja y cuando la pierden poseen una edad media más elevada que nunca. El 49.44% de las personas ≥ 65 años comparte el hogar con otra persona, siendo en la gran mayoría con su cónyuge (más del 40% convive exclusivamente con su cónyuge y el 14.4% comparte su vivienda, además de con la pareja con uno ovarios hijos adultos) y el 22.37% ocupa un hogar unipersonal.

Comenzar este post con los datos epidemiológicos sobre los modelos de convivencia de las personas mayores nos hace conseguir una perspectiva que nos ayuda a entender mejor cómo son las relaciones familiares,la composición del hogar y deducir quien será el encargado de los cuidados delas personas dependientes del domicilio. 

Pacientes mayores, ¿son todos dependientes?

Si observamos los datos estadísticos de la última encuesta sobre discapacidad autonomía personal y situaciones de dependencia (EDAD)2, observamos la tendencia en cuanto a la población en situación de dependencia, aumentando el nivel de dependencia a partir de los 70 años (lógico y obvio) con una mayor población de mujeres.

La familia cobra gran importancia dentro de la asistencia a las personas dependientes, pero las tendencias actuales (disminución cifras natalidad, aumento divorcios…) llevan que se reduzca el tamaño familiar y por tanto disminuya el potencial cuidador de las familias (3.19 personas/vivienda en 1970 respecto a 2.50 personas/vivienda en 2016 según la encuesta continua de hogares).

Pero la dependencia de las personas mayores no es, ni será, una novedad dentro del sistema sanitario, lo que si sucederá en las próximas décadas será un gran desequilibrio entre la demanda de los cuidados (por aumento de las personas dependientes) y su respuesta potencial (por dificultad en los cuidados debido a los cambios que he comentado anteriormente)

¿Quién cuida a quién? 

La encuesta EDAD también nos permite conocer en detalle algunas características de los cuidadores principales informales, que nos muestra que las personas mayores con dependencia viven sobre todo en hogares multigeneracionales, siendo lo más frecuente que se trate de una mujer dependiente que es cuidada por su hija. 

La figura del cuidador

Según la organización mundial de salud (OMS) los cuidados de larga duración (cuya necesidad viene determinada por la medición de la dependencia a través del grado dificultad en la realización de las ABVD y AIVD) son el sistema de actividades llevadas a cabo por cuidadores informales (familia, vecinos o amigos) o profesionales (sanitarios, sociales u otros) para conseguir que una persona que no sea totalmente capaz de cuidar de sí misma mantenga la mejor calidad de vida posible, de acuerdo con sus preferencias individuales, con el mayor grado posible de independencia, autonomía, participación, realización personal y dignidad humana.

Valoración del cuidador como forma de la valoración integral del paciente 

La figura de cuidador familiar o informal hay que tenerla presente en todo momento de valoración integral, ya que, además de ser el nexo entre el paciente, familia y el equipo sanitario, serán los que necesiten un gran apoyo emocional y donde debe recaer la educación sanitaria.

La identificación del cuidador familiar o no profesional se debe tener en cuenta de forma mayúscula en cuanto a la valoración biopsicosocial del paciente mayor y/o dependiente.

Se debe realizar una valoración inicial tanto del paciente como del cuidador en domicilio, conjuntamente conenfermería y posteriormente visitas programadas dependiendo del grado denecesidad de cuidados del paciente y de si se detectan síntomas de alarma o‘’burn out’’ en el cuidador.

En esta primera valoración se ha de identificar el cuidador principal y valorar el entorno socio-familiar. Además de identificar los cuidados que debe prestar el cuidador (a mayor número de tareas, mayor percepción de sobrecarga del cuidador). A través del ICUB97 (que se muestra en la siguiente tabla3 podemos identificar las tareas que presta el cuidador, recopilando información sobre las aptitudes de este y las necesidades en cuanto a formación que pueda necesitar o necesidades sociales.  

Es de gran importancia, como comentaba  anteriormente, valorar la sobrecarga del cuidador principal derivado de la carga física y psicosocial.

Ya en el año 1980 Zarit y cols. realizaron una definición de la sobrecarga por cuidados como: ‘’estado resultante de la acción de cuidar a una persona dependiente o mayor, un estado que amenaza la salud física y mental del cuidador” 4

Para valorar la sobrecarga tenemos la escala de carga del cuidador de Zarit (Caregiver Burden Interview) y la escala Zarit reducida5 (versión de siete ítems de la anterior), con ellas podemos identificar a los cuidadores que presentan más riesgo de sobrecarga o mayores necesidades de apoyo; detectándolo con antelación,evitaremos su posible claudicación y ofreceremos mecanismos a los cuidadores para hacer frente al ‘’burn out’’. 

Cómo evitar y prevenir la sobrecarga del cuidador

Por un lado, es de gran importancia detectar los signos de alarma, que se muestran enla siguiente tabla, con antelación suficiente, que nos harán identificar cuidadores que podrían evolucionar a encontrarse sobrecargados e intervenir antes que esto suceda.

Por otro lado, apoyar a los cuidadores informales a través de formación, excedencias laborales/flexibilidad en los horarios, servicios de apoyo al cuidador y liberación de carga es de suma importancia, ya que al tener presente la figura del cuidador, se mejora la calidad de las personas mayores y de los propios cuidadores.

Así lo considera la AGE Platform (2017), el principal grupo de interés a nivel europeo de defensa de los intereses de los mayores, señalando, entre otras cosas la necesidad de sensibilizar a la población, desarrollar medidas preventivas,apoyar a los cuidadores informales .


En el 2014 la sociedad española de geriatría y gerontologia (SEGG) y la comunidad de Madrid presentaron el manual de habilidades para cuidadores familiares de personas mayores dependientes, que nos puede ser útil a la hora de dar información a los cuidadores informales cómo se observa en la siguiente imagen extraída de dicho manual donde se explica cómo se deben realizar las movilizaciones de una forma correcta6

Además,una de las páginas web que existen llamada ‘’supercuidadores’’7,nacida en el 2014, proporciona servicios y formación sociosanitaria online con el objeto claro de «profesionalizar y dignificar la figura del cuidador para mejorar la calidad de vida de las personas mayores y dependientes». Donde podemos encontrar multitud de guías,consejos, manuales… que podemos facilitar al cuidador para mejorar su labor.

En resumen, tener presente siempre la figura del cuidador para proporcionar información y apoyo necesario para evitar la sobrecarga,mejorando así los cuidados que realiza y mejorando por tanto la calidad de vida de las personas dependientes.

Bibliografía

  1. Informe 2016. Las personas mayores en España. Datos estadísticos estatales y por com. Autónomas. MSSSI. IMSERSO.
  2.  (Encuesta de Discapacidad, Autonomía personal y situaciones de Dependencia (EDAD). Año 2008. https://www.ine.es/prensa/np524.pdf )
  3. AMF. No todo es clinica.  Cuidando al cuidador. Cuidados no profesionales . María del Carmen García Casas, Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Máster Universitario en Medicina Paliativa. Unidad Docente Multiprofesional de Atención Familiar y Comunitaria. GAP Valladolid Este. Valladolid. David Vaquerizo García, Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Experto en Cuidados Paliativos. Equipo de Soporte de Cuidados. Paliativos del Hospital del Salnés. Vilagarcía de Arousa. Pontevedra.
  4. (1980 Dec;20(6):649-55. Relatives of the impaired elderly: correlates of feelings of burden. Zarit SH, Reever KE, Bach-Peterson J.)
  5. AMF. No todo es clinica. Cuidando al cuidador. Cuidados no profesionales . María del Carmen García Casas, Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Máster Universitario en Medicina Paliativa. Unidad Docente Multiprofesional de Atención Familiar y Comunitaria. GAP Valladolid Este. Valladolid. David Vaquerizo García, Especialista en Medicina Familiar y Comunitaria. Experto en Cuidados Paliativos. Equipo de Soporte de Cuidados. Paliativos del Hospital del Salnés. Vilagarcía de Arousa. Pontevedra.
  6. https://www.segg.es/download.asp?file=media/descargas/MANUAL_HABILIDADES_SEGG.pdf
  7. http://cuidadores.unir.net/informacion/cuidador